En Santana entendemos la prioridad que ocupa el maestro en nuestro sistema educativo; por lo tanto, partimos de la premisa que, para ser maestro, primero se necesita “desarrollar la persona del profesor”.

Lo que hace, lo que define en esencia al maestro es indudablemente su vida interior, esto es el cuerpo de ideas, creencias, principios y sentimientos, organizados bajo una jerarquía elevada de valores que otorga sello y consistencia a su ser y a su actuar; una estructura cognitiva y afectiva ética, forjada en la experiencia o vivencia diaria de los valores y su verdad, en la meditación reflexiva, en la validación generadora y regeneradora de su pensar y de su actuar en el contexto social.

  1. Para que el docente Santana consiga una educación de calidad es necesario que:
  • Redefina su rol como docente y como elemento de cambio en la comunidad.
  • Reconozca la dignidad de la persona en cada uno de sus alumnos.
  • Sea testimonio de los valores que promueve.
  • Redescubra su propia capacidad creadora no sólo en relación con los alumnos, sino frente a la problemática de la comunidad.
  • Ejercite la capacidad de crítica y autocrítica.
  • Descubra la importancia de realizar su trabajo educativo como esfuerzo colectivo.
  • Promueva la búsqueda y vivencia colectiva de verdades y actitudes.
  • Articule escuela y comunidad.
  • Refuerce mecanismos de integración y no de discriminación.
  • Promueva la participación de los otros agentes educativos.
  • Sea capaz, en el trabajo diario y evaluativo, de conformar equipos de docentes, entendiendo que ello ayudará a su permanente dinamismo y autoformación.

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