En Santana entendemos la prioridad que ocupa el maestro en nuestro sistema educativo; por lo tanto, partimos de la premisa que, para ser maestro, primero se necesita “desarrollar la persona del profesor”.
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Lo que hace, lo que define en esencia al maestro es indudablemente su vida interior, esto es el cuerpo de ideas, creencias, principios y sentimientos, organizados bajo una jerarquía elevada de valores que otorga sello y consistencia a su ser y a su actuar; una estructura cognitiva y afectiva ética, forjada en la experiencia o vivencia diaria de los valores y su verdad, en la meditación reflexiva, en la validación generadora y regeneradora de su pensar y de su actuar en el contexto social.
- Para que el docente Santana consiga una educación de calidad es necesario que:
- Redefina su rol como docente y como elemento de cambio en la comunidad.
- Reconozca la dignidad de la persona en cada uno de sus alumnos.
- Sea testimonio de los valores que promueve.
- Redescubra su propia capacidad creadora no sólo en relación con los alumnos, sino frente a la problemática de la comunidad.
- Ejercite la capacidad de crítica y autocrítica.
- Descubra la importancia de realizar su trabajo educativo como esfuerzo colectivo.
- Promueva la búsqueda y vivencia colectiva de verdades y actitudes.
- Articule escuela y comunidad.
- Refuerce mecanismos de integración y no de discriminación.
- Promueva la participación de los otros agentes educativos.
- Sea capaz, en el trabajo diario y evaluativo, de conformar equipos de docentes, entendiendo que ello ayudará a su permanente dinamismo y autoformación.